Lo detuvieron cuando asaltaba una despensa con un cuchillo. El hombre dijo que “ama robar” y ya suma una infinidad de delitos y contravenciones.
BALCARCE (Corresponsal).- Hace poco tiempo el intendente de Balcarce, Esteban Reino, dijo que cuando un par de sujetos, que viven de lo que consiguen con sus robos, están sueltos hacen incrementar las estadísticas delictivas en la ciudad.
Y en la nómina aparece el “Boli”, un joven de 21 años que a poco de salir de la cárcel de Batán donde cumplió una condena volvió a ser sorprendido “in fraganti”.
A sólo una semana de haber recuperado su libertad fue detenido por personal policial que fue alertado de un asalto en un almacén.
Nicolás “El Boli” Arce es muy conocido en la jerga policial porque desde chico fue un joven que comenzó a traer problemas a su familia y los vecinos. Esto provocó que siendo menor de edad cayera varias veces preso y conducido a la Estación de Policía Comunal.
Su personalidad estuvo marcada por estar disociado con la comunidad. Su estilo marginal -acompañado por el consumo de drogas y alcohol- lo llevó a que en todo momento produjera daños y robos contra la propiedad.
Se hizo famoso cuando se sucedieron varios casos de incendios de automóviles en la zona este de la ciudad. En ese momento, se lo conoció como el “quema coches” y su figura fue alcanzada por una cámara de seguridad que registró el momento en que incendiaba una unidad.
Con el paso del tiempo, “Boli” alcanzó la mayoría de edad y con ello surgieron las complicaciones para recuperar su libertad con facilidad.
Amor al “trabajo”
A sus 21 años de edad, Boli todavía no conoce lo que es tener un trabajo formal o por lo menos una actividad lícita que le permita tener una remuneración. Hasta ahora las tareas que le competen en su vida son los hurtos y robos.
Noches atrás fue sorprendido por la Policía en un almacén de la calle 24 entre 1 y 3. Hasta allí llegó con un cuchillo para llevarse la recaudación del comercio. Sin embargo, la dueña del local reconoció a Boli y eso provocó que se distrajera y cayera detenido en el mismo momento que intentaba fugarse con el dinero.
La comerciante estableció un diálogo y el famoso delincuente le dijo clara y llanamente que “ama robar” y que ese era el lei motiv de su vida. En el marco de confianza le contó que hacía poco había salido de la cárcel, que no le había gustado para nada estar alojado allí, pero que no podía parar de robar.
En el medio de la charla, la hermana de la comerciante que se encontraba en un ambiente contiguo escuchó al Boli y no dudó en llamar a la Policía. Cuando se disponía a retirarse fue sorprendido por los oficiales y luego nuevamente trasladado al Penal.